Respecto a las teorías del origen de los océanos, existen dos variantes diferentes que han mantenido durante mucho tiempo este carácter divergente, como la volcánica y la extraterrestre.
Una afirma que el agua en la Tierra se surgió por medio de reacciones químicas a temperaturas muy elevadas y erupciones volcánicas, mientras que la otra la otra defiende que proviene de unos cometas que chocaron con nuestro planeta.
En la actualidad, los científicos siguen sin aceptar una de estas teorías como válida, por lo que en los últimos años se ha dejado de atribuir una sola causa al origen del agua en la Tierra y se ha comenzado a sopesar la posibilidad de tener múltiples causas, entre ellas la de un supuesto origen mixto entre la teoría volcánica y la extreterrestre.
La teoría más reciente atribuye el origen del agua a causas extraterrestres. Numerosos estudios realizados por la NASA apoyan los planteamientos de estudiosos como Tobias, Mojzsis y Scienceweek quienes afirman que el agua llegó a la Tierra en estado sólido, en el interior de meteoritos, que al colisionar en la superficie terrestre liberaron este compuesto y llenaron los océanos.
Cuando esta teoría fue planteada recibió una gran cantidad de críticas y censuras, pero estudios apoyados por Mojzsis hablan de otras colisiones de meteoritos sobre la Tierra, a los cuales se atribuye el haber contribuido con concentraciones significativas de otros elementos y moléculas químicas al compuesto químico donde se originaron las macromoléculas orgánicas y los coacervados.
Posteriormente, científicos de la NASA han comunicado algun descubrimiento que constituye la primera evidencia sólida para este suceso: análisis del cometa S4 LINEAR han mostrado una similitud muy grande entre la composición y estructura química de éste con el agua que actualmente existe en los océanos de la Tierra, así como estudios de presencia de deuterio (D), átomos de hidrógeno con un neutrón extra, característicos de este tipo de cometas, incluso en las profundidades de los mares, siendo que el D2O se encuentra en toda el agua en una relación natural aproximada de 99,85% de H y 0,15% de D.
Además de agua, pudo haber vida en el planeta más próximo a la Tierra. La última sonda enviada por la NASA, la Mars Reconnaissance Orbiter, ha fotografiado como nunca antes la peculiar geografía.Las imágenes de alta resolución captadas por esta sonda, confirman la existencia de paisajes compuestos de minerales carbonatados (por ejemplo tizas) para cuya formación es imprescindible el agua, el elemento que abre la puerta a la colonización humana.Así las grandes potencias espaciales, en su lucha por este lejano sueño, están dando pasos en esa dirección, y la década de los 30 es el plazo más realista que estadounidenses, rusos, chinos y europeos se fijan.Las posibilidades de explotación minera que ofrece Marte es sólo una de las buenas razones para la fuerte inversión que requieren todos estos proyectos.
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